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Para tu equipo, el Coaching Ejecutivo será sinónimo de productividad

Necesitas mejorar la comunicación entre los miembros de tu equipo de trabajo y potenciar tu capacidad de liderazgo, pero no sabés como.

Seguro sabés que el trabajo en equipo es la piedra angular de cualquier proyecto y que cada uno de sus miembros es fundamental.

Por eso en este artículo quiero contarte como el Coaching Ejecutivo puede ser tu mejor aliado para potenciar tanto la productividad como creatividad de tus equipos de trabajo, a la par de ayudarte a potenciar tu destreza como líder.  

Emprendedores, gerentes y dueños de negocios hace tiempo que están adquiriendo herramientas en pos de desarrollar sus habilidades comunicacionales para llevar adelante con éxito sus posiciones de liderazgo.

Si sos uno de ellos, este artículo es para vos.

Escuchaste hablar del Coaching Ejecutivo, pero ¿no sabés si es lo que tu equipo necesita?

Te cuento.

En todos estos años he trabajado exclusivamente con líderes y gerentes con el objetivo de ayudarlos a ajustar temas relacionados con su liderazgo y el comportamiento de sus equipos.

Un proceso de Coaching genera un impacto positivo en la comunicación, productividad y desarrollo del equipo de trabajo, ya que aplicando sus técnicas es posible descubrir o reforzar competencias directivas en cuanto a planificación, administración del tiempo para una mayor productividad, encontrar la mejor forma de delegar tareas, mejorar relaciones interpersonales y fomentar la comunicación asertiva, definir la visión y los objetivos, entre muchos otros aspectos vitales para el liderazgo.

Ya fuera porque consideraban que muchos de los proyectos y tareas quedaban inconclusos y sus equipos no lograban los objetivos a término, o porque no lograban una comunicación efectiva, generándose malentendidos o confusiones.

También frente a la ineficacia al delegar tareas por no dejar de manera clara qué responsabilidad tenía cada integrante. O simplemente porque percibían falta de satisfacción al cumplir cada objetivo de parte de su equipo y no sabían cómo motivarlos, a partir del Coaching Ejecutivo pude acompañarlos en el camino para comenzar a resignificar trabas y a que encontraran diferentes vías que transformaron esas dificultades en oportunidades.

Estas son algunas de las razones por las cuales recurrieron a mí como Coach. Si alguna de ellas te resulta familiar, pensar en probar con un proceso de Coaching Ejecutivo quizás es lo que necesitas.

El Coaching Ejecutivo es trabajo en conjunto. 

Sí, el Coaching Ejecutivo es un entrenamiento para directivos con el objetivo de mejorar su actividad profesional. Pero ¿por qué es tan efectivo?

Porque también es un proceso que, al ayudar a los ejecutivos, propicia que estos logren un mejor ambiente laboral donde sus equipos de trabajo y colaboradores puedan desarrollar al máximo su rendimiento, propiciando que disfruten de su trabajo y, así, aumenten su productividad y creatividad.

Esto es así porque el Coaching aspira a que cada persona logre una transformación integral a nivel personal, potenciando no solo su crecimiento profesional, sino también su autoconocimiento, confianza, sentido de responsabilidad y autonomía.

Si pensamos al equipo como un engranaje (metáfora vieja y trillada, pero útil), cada miembro debe ser considerado como parte importante para llegar a la meta y debe ser tenido en cuenta, sabiendo a qué aspira y cuáles son sus motivaciones personales para cumplir cada tarea.

El Coaching Ejecutivo pone sobre la mesa diferentes técnicas que ayudan a las personas a lograr cambios a partir de herramientas que tienen dentro de sí mismas. Ya que el Coaching es un ejercicio de cuestionamiento continuo, el Coach actúa como facilitador de los procesos de análisis a partir de esas preguntas, propiciando la reflexión sobre cada proceso y toma de decisiones tanto del líder como de su equipo de trabajo.

Sin más, el objetivo de Coaching Ejecutivo es transformar a las organizaciones a través de las acciones y emociones de sus empleados y colaboradores para conseguir que éstos impulsen su potencial y, gracias a ello, la organización crezca.

¡Sí se puede ser felíz trabajando!

Ser más productivos fue una tendencia bastante generalizada e impuesta sobre todo en los primeros tiempos de pandemia. Cursos, webinars, listas de libros por leer, lives. Con tanto tiempo libre a nuestra disposición, ¿cómo no aprovecharlo?

Pero ¿qué pasa cuando esa imposición de “ser productivos” no se alinea con nuestros valores, metas o deseos personales?

Tener claro los objetivos que deseas alcanzar y que estos sean coherentes con tus valores es una de las razones que hace que la motivación persista después del primer empujón.

Fíjate cuánto de todo lo que hiciste durante los primeros tiempos de pandemia para “aprovechar ese tiempo muerto” lo sostuviste hasta hoy.

De igual manera, al hablar de productividad en el ámbito ejecutivo, es importante ver más allá del negocio o empresa. Saber que en esa productividad en la vida de las personas debe haber un balance entre sus vivencias personales, familiares y profesionales para que sea real.

Por esto es muy favorable cuando las empresas promueven y fomentan el desarrollo integral de las personas con las que trabajan.

 A partir del Coaching Ejecutivo, el líder aprende a desarrollar su empatía y escucha activa, reforzando el compromiso con sus colaboradores.

Coaching Ejecutivo como parte de tu estrategia

Son muchas las organizaciones que lo implementan y reconocen que mediante las herramientas y recursos que facilita el Coaching Ejecutivo pudieron lograr alinear los objetivos personales y como líderes, creando un balance entre el valor e impacto que tiene su trabajo en el contexto de su vida.

Como te conté, la tarea del Coach es acompañar e inspirar al líder a realizar un cambio personal y profesional, lograr mayor competitividad, crecimiento sostenible y mayor compromiso de sus empleados y colaboradores.

¡Te lo aseguro! He visto resultados increíbles en cada uno de mis clientes, en cada acompañamiento que tuve el placer de realizar, trabajando con sus equipos en pos de un mejor ámbito laboral para todos. Los testimonios luego de cada proceso son muy positivos.

Si llegaste hasta acá ahora contame, en tu organización, ¿cómo potencias el desarrollo de tus colaboradores? 

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Millennials y centennials como agentes de cambio a los que deberías prestar atención como líder. 

Muchos estudios rápidamente encasillan a millenials y centennials, al contraponerlos a las generaciones anteriores, llamadas Baby boomers, como faltos de compromiso, apáticos e irresponsables, cuando en realidad se trata de personas con nuevas inquietudes, con una nueva forma de pensar al mundo laboral que se viene.

Sala de reuniones: generación X, millennials y centennials

Imaginá ahora que tenés que llevar adelante un proyecto. Por suerte contás con personas calificadas para lograrlo, pero la variedad hace que a medida que vas planteando tu idea cada uno propone, desde su punto de vista, una opción para hacer las cosas que (lógicamente para esa persona) es la mejor solución.

¿Cómo llegar a un acuerdo si en tu equipo no tenés en cuenta no solo los puntos de vista de cada uno sino también cuál es la razón que los motiva o no a trabajar en tu proyecto?

Hoy en las empresas y diferentes lugares de trabajo coexisten en general tres generaciones y una escena como la que te planteé más arriba puede darse de forma cotidiana. Sobre todo, teniendo en cuenta que las dos últimas generaciones valoran más la inteligencia emocional sobre la capacidad intelectual, a la que consideran necesaria pero accesoria, ya que priorizan su bienestar emocional por encima de su intelecto, considerando la buena comunicación, el autoconocimiento, la empatía y las relaciones interpersonales.

Por eso es importante entender desde dónde está parada cada persona para poder comprenderlos y liderar teniendo en cuenta sus potenciales.

Baby Boom o Generación X

Quienes forman parte de esta generación son aquellas personas nacidas entre 1960 hasta 1980, que su pensamiento y emociones los lleva a considerar beneficioso para ellos un futuro a largo plazo, respetan las estructuras y jerarquías, manteniendo sus trabajos por años, incluso décadas, por que es a lo que justamente aspiraban en sus inicios y hoy en día siguen valorando esos patrones laborales para su desarrollo profesional o jerárquico en su lugar de trabajo. Es importante para ellos, un trabajo estable y una jubilación que pueda garantizar un retiro tranquilo.

 El cambio que provocaron con respecto a la anterior generación, llamada Generación Silenciosa, contemporáneos a la Gran Depresión y la Segunda Guerra Mundial, contexto que los hizo más precavidos, ahorrativos, sus acciones en general estaban ancladas a no arriesgar e ir a lo seguro siguiendo las reglas y cuidar tener una profesión de por vida, la “generación X” entonces incorpora la proyección profesional como beneficio, valoran les importa el cargo que ocupan y tener un plan de carrera dentro de la compañía en la que trabajan. Por eso un gran motivador para ellos es la mejora salarial y ascensos.

La estabilidad laboral es un valor primordial para ellos, que está sostenido por dos pilares: la familia y el trabajo.

Millennials o generación Y

Para la mayoría de estudiosos, nacieron entre 1981 y 1993, con padres que les transmitieron creencias tradicionales, pero testigos de la consolidación de las nuevas tecnologías. Por eso se los considera una especie de bisagra entre lo analógico y la revolución digital, ya que fueron creciendo y adaptándose a estos cambios a medida que se fueron produciendo.

Cuentan con una buena preparación. Ven en el trabajo no un fín sino una oportunidad de aprendizaje, crecimiento personal y apertura hacia nuevos caminos. Esto genera en ellos una tendencia a la movilidad para autorrealizarse. Buscan su felicidad, los desafíos y horarios flexibles para dedicarse a sus hobbies o para emprender. No les gusta quedarse ni sentirse estancados. Por todo esto su forma de pensar exige en sus ámbitos de trabajo flexibles y con cierta autonomía.

Centennials o generación Z

El último grupo, nacido entre 1993 y 2010, es considerado por varios estudios como un agente importante de cambio en las formas de consumir, relacionarse, trabajar y estudiar en un futuro no muy lejano.

Los nativos digitales no esperan ser empleados. Muchas veces ellos mismos quieren lograr tener sus emprendimientos o empresas; no se plantean trabajar para un solo lugar y es normal para ellos cambiar de trabajo periódicamente. Incluso lo consideran un rasgo positivo, porque les da mayor posibilidad de aprender cosas nuevas y capacidad de adaptación.

La hiperinformación constante hace que estén acostumbrados a la inmediatez y sean más competentes a la hora de resolver situaciones, porque buscarán solos y por su cuenta las respuestas. Son autodidactas y multidispositivo: pueden comenzar una tarea en el celular, continuarla en la notebook y analizarla desde la Tablet sin el mínimo estrés.

Más pragmáticos y resilientes que los millennials, la democratización de la información y la inmediatez en las relaciones ha generado en ellos un compromiso mucho más firme con los problemas sociales, medioambientales, políticos y económicos, valores que buscarán en sus ámbitos laborales.

Liderar para lograr la inserción laboral

Como líder el desafío será poder integrar estas dos nuevas generaciones, pero dándoles la oportunidad de que se desarrollen, que participen, generar un feedback en el cual se sientan escuchados y que forman parte del proyecto o empresa. Aprender a ver el talento de cada uno y saber gestionar las diferencias de millennials y centennials, junto a la generación X, será clave.

Con las dos últimas, sobre todo, para que permanezcan durante más tiempo trabajando en tu equipo, no olvides que su compromiso está ligado a sus motivaciones y la creación. Es imprescindible que aprendas a capitalizar estas cualidades en ellos. Una de las características que comparten  millennials y centennials es el inconformismo, salirse de sus zonas de confort. Si se aburren, renunciarán en un abrir y cerrar de ojos sin pensárselo dos veces.

Seguro contás con millennials y centennials entre las personas con las que trabajas a diario. Como te conté, de generación a generación se producen cambios significativos que es bueno tener en cuenta, sobre todo si estás a cargo de ese equipo de trabajo. Ser conscientes de los cambios de paradigma y aprender a sobrellevar estos cambios tendrá un impacto positivo si logras empatizar con ellos. Y para empatizar lo primordial es comprenderlos, saber que los motiva, por qué hacen lo que hacen.

Proponerte como líder a gestionar estos equipos de trabajo sin dudas será un desafío que también pondrá a prueba tu propia inteligencia emocional y a pensar desde diferentes enfoques que abarquen a todos y cada uno de los miembros de tu equipo, respetando sus motivaciones, talentos y singularidades.

¿Aceptas el reto?

Contame en comentarios si en vos o en tu lugar de trabajo resuena algo de todo lo que venimos hablando. 

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¿Por qué emprender?

Mi pregunta sería ¿Para qué emprender?

Cuando pensamos en crear un negocio propio muchas veces nuestro entorno puede advertirnos sobre todo lo que podría salir mal: no es fácil ser tu propio jefe, la inversión al comienzo puede ser carísima, no vas a tener más vida social ni horarios fijos, es demasiado riesgoso y puede salir muy mal.

¿Por qué, a pesar de ese panorama, hay personas que siguen eligiendo emprender?

Si querés saber cuál es para mí la motivación de quienes emprenden y la clave para hacerlo, te invito a seguir leyendo.

Qué es emprender

Una definición posible podría ser la idea de que emprender tiene que ver con la iniciativa de concretar una idea de negocio, crear una empresa y producir bienes o prestar servicios. Pero más allá de los tecnicismos, emprender abarca muchísimo más que una actividad económica.

En realidad, definiciones hay muchas. Internet está lleno de tutoriales, blogs, casos de éxito, testimonios, referentes.

Pero creo (por experiencia propia incluso) que mucho más valiosa que toda esa información y moldes sobre qué es y cómo emprender lo mejor sería que te preguntes qué significa para vos ser emprendedor y por qué tomaste esa decisión.  

Para qué emprender

Existen muchas razones para ser emprendedor. Tal vez soñás con tener más libertad para poder disfrutar tanto de tu trabajo como de tu familia, o tus hobbies, o de viajar. O ser tu propio jefe y poder tomar todas las decisiones sin depender de terceros. 

Otros muchas veces piensan en emprender por una cuestión económica, porque se quedaron sin trabajo, por ejemplo, o lo que ganan en su actual empleo no les permite tener la calidad de vida que buscan.

Muchos emprendedores simplemente lo hacen motivados por el deseo de sentirse realizados, de llevar a la práctica una actividad que les ayude a explotar todo su potencial.

Sea cual sea tu razón, vos ¿Por qué queres embarcarte en esta aventura a pesar de que todos te digan que es una locura?, hay algo que para mí es clave.

Podría enumerar un montón de razones. Internet ha estallado de largas listas sobre los beneficios de ser emprendedor (y también sobre sus desventajas).

Pero hoy quiero compartirte el que para mí es el punto de inflexión, ese que he visto en cada emprendedor y profesional que tuve y tengo el placer de acompañar en sus procesos de coaching. 

Me refiero al momento del chispazo, ese en el que ya sea la palabra de un amigo, conocido, colega, o una situación que te hace tomar tal o cual decisión, te das cuenta de que es por ahí, que eso que estás haciendo es lo que estabas buscando, lo que te hace sentir feliz. 

Emprender ¿desde dónde?

Si buscas testimonios de emprendedores seguro que hay varios puntos en sus historias que se repiten una y otra vez: flexibilidad horaria, realización personal, seguridad laboral, motivación y aprendizaje constante, generar empleos y dejar una huella significativa en el mundo.

En fin, sin dar más vueltas te voy a contar la que para mí es la clave para emprender.

Para mí eso que te motive y te impulse a ser emprendedor tienen mucho que ver con que puedas desarrollarte desde tu interior. Porque hacerlo va más allá, sin duda, de solo tener un ingreso extra o solventar tus gastos y/o los de tu familia. 

Es importante que, ante cada desafío, cada circunstancia que vaya surgiendo, tengas claro desde dónde haces lo que haces. “Tu para que en lo que ofrecés y cómo querés ser.”

Y para eso es primordial que te permitas realizar una mirada introspectiva, hacia tu interior. Ahí va a estar la respuesta e, incluso, la salida a cualquier problema que vaya presentándose en el camino.

Que los mandatos no te condicionen al emprender

Aunque es palpable que el paradigma está cambiando (¡por suerte!) y que ya un traje y corbata no es sinónimo de prestigio y profesionalidad, al menos en muchos ámbitos, los mandatos se resisten y siguen dominándonos. Son muchos los profesionales y emprendedores que me consultan porque se sienten trabados o no saben cómo desarrollarse, llegar a sentirse satisfechos en lo que hacen, pero tampoco entiende la razón de su inacción.

Y es que los mandatos te alejan de tu camino. Son como piedras que vamos cargándonos a los hombros que en realidad no nos pertenecen.

Sin ir más lejos, vestirte formal para demostrar compromiso y responsabilidad. ¿Quién dijo que esas prendas representan esas cualidades en las personas que las usan?

Cuando puedas identificar esos mandatos, que terminan convirtiéndose nada más y nada menos en creencias que te limitan, entonces sí lo que queda es buscar la forma de transformarlas y / o cambiarlas para que puedas identificar qué de todo eso está en sintonía con vos, con tu esencia, tu energía. Y qué no te pertenece y es mejor dejarlo por fuera.

Por dónde empezar

Hay en todo proceso lo que llamo un punto de anclaje, de inflexión. Ese chispazo en el que de repente decís “es esto, es por acá”.

Puede ser un momento donde lo haces consciente o gracias a una persona que te ayudó a descubrir eso que estabas buscando. El punto es poder identificar ese cambio de rumbo.

Y a partir de ahí poder trazar un objetivo hacia donde ir, teniendo como estrategia (en mi opinión) la autenticidad y empatía, que serán los pilares que te ayudarán a conectar con el cliente.

Puede ser que al comienzo busques referentes, modelos a seguir. Que admires a personas que llegaron a donde vos querés estar.

Lo importante es que puedas tomarlas como modelo. Aunque lo ideal es que no intentes copiar al pie de la letra lo que a ellos les dio resultado, busca tu propia personalidad, en pnl, hablamos de “MODELAJE”, que se intenta gestionar a partir de un determinado análisis y exploración de aquello que quiero lograr y lo tiene en una determinada persona que logró ese resultado que busco.

El desafío va a estar en que descubras qué es lo que te conecta e identifica con esa persona y puedas modelar a tu medida su estrategia para lograr (si no tal cual) casi los mismos resultados. Pero con tu impronta, respetando tu identidad y la de tu emprendimiento.

Sí usas esos referentes como “atajo”, replicando el modelo lo más probable es que no encajen al 100% con tus valores o forma de ser, que resulte forzado.

“Lo que dice fulano” o lo que hizo puede servirte como inspiración, pero quizás no va con tu empresa/emprendimiento. Incluso puede transformarse en un condicionante, como las creencias limitantes y escuchas de tu entorno de las que te hablé más arriba.

Por eso para emprender primero es importante que puedas definir cuál es tu móvil, tu misión. Qué es lo que vas a ofrecer a los demás y a dónde querés ir.  

Que puedas capitalizar conocimientos teniendo ya esos objetivos claros. Además, tener la capacidad de adecuar procesos ajenos a tu realidad y personalidad para poder mantener una propuesta genuina y coherente. Y la claridad para pedir ayuda en los momentos en los que no sepas cómo sortear obstáculos, ya sea recurriendo a un consultor, comenzando un proceso de coaching o permitiéndote delegar tareas.

Para que sea cual sea la actividad que realices te llene y de satisfacción al realizarla de forma plena.

¿Qué te frena para dar ese salto de fe y animarte a emprender?

Me encantaría que me lo cuentes en los comentarios.

Moni

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Cómo desarrollar tu inteligencia emocional y por qué

Hace treinta años aproximadamente se comenzó a mencionar el término de Inteligencia Emocional. Antes solo se hablaba de la inteligencia intelectual y estaba difundida la idea de que una persona era inteligente de acuerdo a su conocimiento. Y esa inteligencia, medible y racional, era respaldada con pilas de títulos académicos, reconocimientos y medallas que lo demostraban.

Actualmente se considera que la Inteligencia Emocional es tan importante como la Inteligencia Intelectual adquirida a través del conocimiento, y se interioriza a través del paso de la vida, con la experiencia desarrollada y aprendiendo a gestionar las emociones nuestras y de los demás.  

Pero…¿qué es una emoción?

Ser inteligente emocionalmente es fundamental ya que no solo implica gestionar el autoconocimiento y liderazgo personal, sino también aprender a cultivar nuestros vínculos.

Ahora, una emoción es una reacción psicofisiológica que representa diferentes modos de adaptación del individuo cuando percibe un objeto, persona, lugar, suceso o recuerdos importantes. Las emociones consideradas “universales”, ya que nos atraviesan a todos como seres humanos amén del tiempo histórico o la cultura a la que pertenezcamos son: tristeza, miedo, rabia, alegría, ternura y erotismo.

La experiencia de una emoción involucra un conjunto de cogniciones, actitudes y creencias sobre el mundo, esas que usamos para valorar situaciones concretas, incluyendo el modo como la percibimos. Cada uno de nosotros experimenta cada emoción de forma particular, dependiendo de experiencias anteriores y aprendizajes.

Por eso es muy importante que las puedas identificar cuando aparecen frente a cualquier estímulo (interno o externo). Y que, sobre todo, distingas tus emociones de los estados de ánimo, que pueden ser pasajeros…e incluso variados a lo largo de un mismo día. ¡No son lo mismo!

De todas formas, es un desafío querer ponerlas en práctica y un acto de valentía incluso animarte a hacer introspección y ser consciente de cada emoción que te atraviesa según las circunstancias.

Te invito a que te animes a hacerlo porque vale la pena. Pero no te olvides que esto es un pro-ce-so.

¿Todos tenemos inteligencia emocional?

El psicólogo Daniel Goleman retomó los estudios de diferentes colegas sobre este tema y  en 1995 popularizó el término de Inteligencia Emocional. Goleman planteó que se trata de la capacidad que tenemos todas las personas para identificar y desarrollar nuestras emociones de manera proactiva. Esto quiere decir que podés aprender a reconocer tus emociones y las de los demás, lo que te ayudará, según Goleman, a tomar mejores decisiones. Por eso este autor la relaciona directamente con el liderazgo y el éxito.

Él definió cinco aspectos de la inteligencia emocional:

Autodescubrimiento

Proceso para crear una imagen realista de nosotros/as mismos/as. Para esto te puede ayudar tener un cuaderno donde escribas a diario un seguimiento de tus emociones y cómo las vas manejando, por ejemplo. 

Automotivación

Refiere a la posición alegre y positiva ante la vida. Y es que a diario enfrentamos situaciones que pueden quebrantar nuestro ánimo. Por eso un consejo puede ser que te tomes unos minutos al día para meditar y no perder la iniciativa. Buscá el entusiasmo por lo que haces dentro tuyo, no en el exterior.

Autorregulación

Se trata de ser capaces de conocer nuestros propios límites y tener la convicción de usar las experiencias propias para derrotar obstáculos, siendo flexible y aceptando la frustración (aunque a veces nos cueste taaaaaaaaaaanto) para poder superarla y aprender.

Empatía

Acá la clave está en que puedas ejercitar tu capacidad para ponerte, como se dice, en los zapatos de los otros. Que puedas visualizar cómo tus acciones pueden afectar al resto. De esta manera, aprenderás a expresarte de forma constructiva, incluso en el momento de realizar alguna crítica.

Relaciones personales

Pero de las buenas. Sería la manera en que creamos y cuidamos nuestros vínculos afectivos. Cómo estableces relaciones sanas con, por ejemplo, tus compañeros de trabajo, lo que generará sin dudas beneficios en tu desarrollo profesional y el de tu entorno. ¿No te parece?

Según el análisis de Goleman entonces podés tener una excelente formación académica e intelectual, una mente incisiva y analítica, mil ideas ingeniosas, pero sin inteligencia emocional difícilmente llegarías a ser un buen líder (algo imprescindible si estás, por ejemplo, liderando un equipo de trabajo o tu propio emprendimiento).

Pero a no desesperar porque, como te dije más arriba, esta capacidad se puede desarrollar y trabajar.

Como saber si desarrollaste tu inteligencia emocional

Por supuesto que esto requiere de práctica, pero hay algunos indicios que te pueden responder si sos hoy una persona con inteligencia emocional.

Por ejemplo, si sos alguien en quien los demás confían cuando necesitan un consejo, ya sea a nivel personal o laboral, si logras ver en las críticas u observaciones de los otros  algo positivo al evaluarlas y aprendes de ellas; si, al ser empático, tenés facilidad para relacionarte con los demás…

Estos ejemplos pueden darte los primeros indicios sobre tu gestión emocional y al trabajarlos pueden ayudarte a experimentar tu Inteligencia Emocional. 

Los procesos de coaching justamente están orientados a la búsqueda de modificar conductas para alcanzar objetivos. Al valerse de la inteligencia emocional como instrumento te puede ayudar a:

  • Reducir el estrés y la ansiedad.
  • Incorporar una actitud que te permita avanzar
  • Tomar decisiones más eficientes y efectivas
  • Fomentar hábitos positivos y eliminar los que te limitan
  • Mejorar relaciones tanto personales como profesionales
  • Transformar tu estado emocional y mental para gestionar mejor cualquier tipo de circunstancia.

Y hablo de gestionar y no de “controlar”

Porque en realidad cuando más intentas controlar las emociones se genera mayor resistencia al reprimir lo que sentimos. Y eso empeora los resultados…Todas las emociones tienen una razón de ser, son necesarias, nos brindan información muy valiosa sobre nuestro entorno y nosotros mismos. Así que ¡no tengas miedo a sentir lo que quieras!

Sí, las emociones y la mente se pueden entrenar para que estén en coherencia con nuestras acciones  ¡a cualquier edad! Es cuestión de reconocerse y darse la oportunidad de cambio.

El entrenamiento siempre continua y el coaching y la pnl ( programación neurolingüística) puede ayudarte a desarrollar tu INTELIGENCIA EMOCIONAL para lograr destrabar esos patrones que te alejan de ser quien deseás.

Si llegaste hasta acá ahora contame ¿te considerás una persona con Inteligencia Emocional?

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Porque la pirámide de Maslow te ayudará a definir necesidades y motivaciones profesionales dentro de tu negocio

Para disfrutar de los beneficios que trae la motivación personal es preciso saber qué nos motiva. Te aseguro que parece una idea simple pero no es algo tan claro para todos.

La motivación personal o automotivación se relaciona con ese impulso que nos lleva a lograr algo que nos propusimos.

El móvil de la motivación es lo que le intrigaba a Abraham Maslow, psicólogo humanista. Y lo que muchas empresas están teniendo en cuenta actualmente para promover un mayor rendimiento de sus empleados. Te cuento de qué se trata la pirámide Maslow y cómo aplicarla para tener un mayor rendimiento en tu empresa.  

Qué nos motiva

Todos en algún momento de nuestras vidas nos preguntamos: ¿qué queremos? ¿para qué? ¿cuál es el por qué detrás de lo que hago? Muchos de los que deciden iniciar un proceso de coaching lo hacen con los mismos interrogantes que Maslow utilizó como disparador para su teoría sobre la motivación humana.

En mi caso, por ejemplo, al terminar el secundario mi motivación fue saber que quería ayudar a las personas a que crezcan, aprendan, se superen, y ese impulso me llevó por varios caminos: primero estudiar magisterio, después explotar mi potencial acompañando a otros dentro del mundo del fitness y, a partir del 2013 con el Coaching Ontológico.

Volviendo a Maslow, la psicología humanista percibe al ser humano como un individuo que es sensible a los condicionantes del medio, pero es un sujeto activo en la construcción de conocimiento y experiencia. Por eso él ideó una pirámide donde jerarquizó las necesidades humanas, con el objetivo de explicar qué es lo que nos conduce a superarlas.

Los cinco escalones motivacionales 

¿Alguna vez probaste organizar las cosas que necesitas según la prioridad que tienen para vos? Maslow argumentaba que lo que nos moviliza es tratar de satisfacer necesidades inmediatas. Todas nuestras acciones están dirigidas a suplir ciertas necesidades, y es el afán por superarlas lo que nos motiva. Así, las analizó y ordenó en su pirámide desde la base hasta la cúspide:

Fisiológicas

Van a ocupar la base de la pirámide y son las que se imponen con mayor urgencia en la persona para sobrevivir: comer, respirar, descansar, etc.

Seguridad

Entre ellas vamos a encontrar la seguridad física, de empleo y familia.

Afiliación

Donde se ubican los afectos, las amistades y la pareja; ser parte de una comunidad.

Reconocimiento

Como por ejemplo los logros, el respeto y prestigio. Conseguir aceptación social y confianza en sí mismo.

Autorrealización

Ocupa el último nivel, donde la realización personal involucrará aspectos como el liderazgo y creatividad.

A nivel personal la pirámide de Maslow puede ser una excelente forma de descubrir cuáles son realmente tus principales necesidades y motivaciones, en qué nivel te encontrás y hacia donde querés ir. Pero lo interesante creo que es tambien pensarla en entornos de trabajo en equipo ¿no te parece?

Ahora te cuento como podemos aplicarla de forma efectiva en el entorno laboral. 

¿Por qué las empresas deben incentivar a sus empleados a llegar al tope de la pirámide?

Es importante saber que no todas las personas van a contar con la misma escala de necesidades ni los mismos valores. Pero la aplicación de la pirámide de Maslow puede ser una excelente herramienta para saber qué incentivos harán incrementar la motivación en su trabajo, mejorando tanto la productividad como el ambiente laboral.

Nadie puede negar que mientras más disfrutamos lo que hacemos, mayor es nuestro compromiso. Por eso algunas compañías como Google son conocidas por hacer hincapié en este tipo de estímulos.

Las oportunidades para aplicar esta teoría son variadas.

Recursos humanos

Te propongo pensar un ejemplo cotidiano. Entra un candidato a una entrevista por una vacante. Para aplicar la pirámide se puede comenzar por las necesidades fisiológicas, hablando del salario que va a recibir para determinado puesto, con el que podrá cubrir sus necesidades a nivel material: comida, vivienda, etc.

En relación a la seguridad, garantizarle cobertura médica ante cualquier accidente y problema de salud o asegurarle que la empresa no está en quiebra.

Ofrecerle un ambiente laboral ameno y hablarle sobre los valores que la empresa busca para saber si se siente o no identificado con ellos.

Además, poder brindarle un ambiente donde podrá ser valorado tanto por sus compañeros como por sus superiores, con la posibilidad de crecer como persona y profesional, teniendo la posibilidad de desarrollar su creatividad, talento y otras facetas que le permiten desatar todo su potencial.

Evaluación interna

Otra forma de aplicar esta teoría es evaluando las necesidades y desarrollo de la carrera profesional de cada uno de los trabajadores, haciendo una valoración del escalón en donde está. Esto sirve para que se vea a profundidad lo que necesitan y así poder progresar proporcionándoles estímulos positivos para que logren superarse.

Teoría motivacional: pirámide de Maslow y las nuevas generaciones

Al ser una teoría de 1943, aunque aún esté vigente no es conveniente tomarla literalmente. Es muy importante reflexionar y saber si en nuestro negocio o contexto es necesario adaptarla a las diferentes variantes. Sobre todo, teniendo en cuenta las características de las nuevas generaciones.

Según muchos estudios, actualmente los jóvenes que integran o están ingresando en el grueso de las fuerzas de trabajo sienten mayor motivación en relación a elementos que les son intrínsecos (satisfacción personal, proyectos propios, autorrealización) que por elementos excéntricos (hacer algo para obtener una recompensa, como sería trabajar horas extras para conseguir un aumento o ascenso).

Y es que hoy el “éxito” ya no se refleja en comprar un inmueble o escalar posiciones hasta llegar a ser CEO de una empresa. Los tiempos cambiaron, existen otras preocupaciones y escalas de necesidades, como desarrollar actividades que tengan un impacto positivo en la sociedad o el medio ambiente, poder viajar, tener libertad y desarrollar una vida social y familiar rica.

La flexibilidad se ha convertido en uno de los recursos más buscados y el tiempo en el bien más preciado. Buscan mayor autonomía y ser evaluados por la calidad de sus resultados.  

Así, lo que constituye cada escalón en la pirámide de Maslow está cambiando, por eso te recomiendo adecuar tus estrategias a esta realidad. Revisá si estás logrando que respondan a tus incentivos. Y si descubrís que no es así, ¡manos a la obra!

Algunos de los consejos que puedo darte es que les muestres cómo trabajar en tu empresa les ofrecerá la posibilidad de crecimiento, incluso después de dejar tu negocio en caso de buscar nuevos horizontes. Dejá que se equivoquen y aprendan de sus errores. Delegá responsabilidades, entrénalos para que puedan tomar decisiones trascendentes.

Esto implicará el desafío de que puedas crear un ambiente laboral controlado donde se fomente la creatividad. El reto será tomar riesgos medidos que los motive siempre a mejorar cada vez más. ¿No te parece?

Si sos emprendedor, gerente o dueño de negocio puedo ayudarte a poner en juego esta y muchas otras herramientas que te permitirán desarrollar mejores habilidades comunicacionales en tu equipo de trabajo.

No dudes en escribirme, ¡estoy para ayudarte!

Hasta la próxima,

Moni

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