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Para tu equipo, el Coaching Ejecutivo será sinónimo de productividad

Necesitas mejorar la comunicación entre los miembros de tu equipo de trabajo y potenciar tu capacidad de liderazgo, pero no sabés como.

Seguro sabés que el trabajo en equipo es la piedra angular de cualquier proyecto y que cada uno de sus miembros es fundamental.

Por eso en este artículo quiero contarte como el Coaching Ejecutivo puede ser tu mejor aliado para potenciar tanto la productividad como creatividad de tus equipos de trabajo, a la par de ayudarte a potenciar tu destreza como líder.  

Emprendedores, gerentes y dueños de negocios hace tiempo que están adquiriendo herramientas en pos de desarrollar sus habilidades comunicacionales para llevar adelante con éxito sus posiciones de liderazgo.

Si sos uno de ellos, este artículo es para vos.

Escuchaste hablar del Coaching Ejecutivo, pero ¿no sabés si es lo que tu equipo necesita?

Te cuento.

En todos estos años he trabajado exclusivamente con líderes y gerentes con el objetivo de ayudarlos a ajustar temas relacionados con su liderazgo y el comportamiento de sus equipos.

Un proceso de Coaching genera un impacto positivo en la comunicación, productividad y desarrollo del equipo de trabajo, ya que aplicando sus técnicas es posible descubrir o reforzar competencias directivas en cuanto a planificación, administración del tiempo para una mayor productividad, encontrar la mejor forma de delegar tareas, mejorar relaciones interpersonales y fomentar la comunicación asertiva, definir la visión y los objetivos, entre muchos otros aspectos vitales para el liderazgo.

Ya fuera porque consideraban que muchos de los proyectos y tareas quedaban inconclusos y sus equipos no lograban los objetivos a término, o porque no lograban una comunicación efectiva, generándose malentendidos o confusiones.

También frente a la ineficacia al delegar tareas por no dejar de manera clara qué responsabilidad tenía cada integrante. O simplemente porque percibían falta de satisfacción al cumplir cada objetivo de parte de su equipo y no sabían cómo motivarlos, a partir del Coaching Ejecutivo pude acompañarlos en el camino para comenzar a resignificar trabas y a que encontraran diferentes vías que transformaron esas dificultades en oportunidades.

Estas son algunas de las razones por las cuales recurrieron a mí como Coach. Si alguna de ellas te resulta familiar, pensar en probar con un proceso de Coaching Ejecutivo quizás es lo que necesitas.

El Coaching Ejecutivo es trabajo en conjunto. 

Sí, el Coaching Ejecutivo es un entrenamiento para directivos con el objetivo de mejorar su actividad profesional. Pero ¿por qué es tan efectivo?

Porque también es un proceso que, al ayudar a los ejecutivos, propicia que estos logren un mejor ambiente laboral donde sus equipos de trabajo y colaboradores puedan desarrollar al máximo su rendimiento, propiciando que disfruten de su trabajo y, así, aumenten su productividad y creatividad.

Esto es así porque el Coaching aspira a que cada persona logre una transformación integral a nivel personal, potenciando no solo su crecimiento profesional, sino también su autoconocimiento, confianza, sentido de responsabilidad y autonomía.

Si pensamos al equipo como un engranaje (metáfora vieja y trillada, pero útil), cada miembro debe ser considerado como parte importante para llegar a la meta y debe ser tenido en cuenta, sabiendo a qué aspira y cuáles son sus motivaciones personales para cumplir cada tarea.

El Coaching Ejecutivo pone sobre la mesa diferentes técnicas que ayudan a las personas a lograr cambios a partir de herramientas que tienen dentro de sí mismas. Ya que el Coaching es un ejercicio de cuestionamiento continuo, el Coach actúa como facilitador de los procesos de análisis a partir de esas preguntas, propiciando la reflexión sobre cada proceso y toma de decisiones tanto del líder como de su equipo de trabajo.

Sin más, el objetivo de Coaching Ejecutivo es transformar a las organizaciones a través de las acciones y emociones de sus empleados y colaboradores para conseguir que éstos impulsen su potencial y, gracias a ello, la organización crezca.

¡Sí se puede ser felíz trabajando!

Ser más productivos fue una tendencia bastante generalizada e impuesta sobre todo en los primeros tiempos de pandemia. Cursos, webinars, listas de libros por leer, lives. Con tanto tiempo libre a nuestra disposición, ¿cómo no aprovecharlo?

Pero ¿qué pasa cuando esa imposición de “ser productivos” no se alinea con nuestros valores, metas o deseos personales?

Tener claro los objetivos que deseas alcanzar y que estos sean coherentes con tus valores es una de las razones que hace que la motivación persista después del primer empujón.

Fíjate cuánto de todo lo que hiciste durante los primeros tiempos de pandemia para “aprovechar ese tiempo muerto” lo sostuviste hasta hoy.

De igual manera, al hablar de productividad en el ámbito ejecutivo, es importante ver más allá del negocio o empresa. Saber que en esa productividad en la vida de las personas debe haber un balance entre sus vivencias personales, familiares y profesionales para que sea real.

Por esto es muy favorable cuando las empresas promueven y fomentan el desarrollo integral de las personas con las que trabajan.

 A partir del Coaching Ejecutivo, el líder aprende a desarrollar su empatía y escucha activa, reforzando el compromiso con sus colaboradores.

Coaching Ejecutivo como parte de tu estrategia

Son muchas las organizaciones que lo implementan y reconocen que mediante las herramientas y recursos que facilita el Coaching Ejecutivo pudieron lograr alinear los objetivos personales y como líderes, creando un balance entre el valor e impacto que tiene su trabajo en el contexto de su vida.

Como te conté, la tarea del Coach es acompañar e inspirar al líder a realizar un cambio personal y profesional, lograr mayor competitividad, crecimiento sostenible y mayor compromiso de sus empleados y colaboradores.

¡Te lo aseguro! He visto resultados increíbles en cada uno de mis clientes, en cada acompañamiento que tuve el placer de realizar, trabajando con sus equipos en pos de un mejor ámbito laboral para todos. Los testimonios luego de cada proceso son muy positivos.

Si llegaste hasta acá ahora contame, en tu organización, ¿cómo potencias el desarrollo de tus colaboradores? 

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Millennials y centennials como agentes de cambio a los que deberías prestar atención como líder. 

Muchos estudios rápidamente encasillan a millenials y centennials, al contraponerlos a las generaciones anteriores, llamadas Baby boomers, como faltos de compromiso, apáticos e irresponsables, cuando en realidad se trata de personas con nuevas inquietudes, con una nueva forma de pensar al mundo laboral que se viene.

Sala de reuniones: generación X, millennials y centennials

Imaginá ahora que tenés que llevar adelante un proyecto. Por suerte contás con personas calificadas para lograrlo, pero la variedad hace que a medida que vas planteando tu idea cada uno propone, desde su punto de vista, una opción para hacer las cosas que (lógicamente para esa persona) es la mejor solución.

¿Cómo llegar a un acuerdo si en tu equipo no tenés en cuenta no solo los puntos de vista de cada uno sino también cuál es la razón que los motiva o no a trabajar en tu proyecto?

Hoy en las empresas y diferentes lugares de trabajo coexisten en general tres generaciones y una escena como la que te planteé más arriba puede darse de forma cotidiana. Sobre todo, teniendo en cuenta que las dos últimas generaciones valoran más la inteligencia emocional sobre la capacidad intelectual, a la que consideran necesaria pero accesoria, ya que priorizan su bienestar emocional por encima de su intelecto, considerando la buena comunicación, el autoconocimiento, la empatía y las relaciones interpersonales.

Por eso es importante entender desde dónde está parada cada persona para poder comprenderlos y liderar teniendo en cuenta sus potenciales.

Baby Boom o Generación X

Quienes forman parte de esta generación son aquellas personas nacidas entre 1960 hasta 1980, que su pensamiento y emociones los lleva a considerar beneficioso para ellos un futuro a largo plazo, respetan las estructuras y jerarquías, manteniendo sus trabajos por años, incluso décadas, por que es a lo que justamente aspiraban en sus inicios y hoy en día siguen valorando esos patrones laborales para su desarrollo profesional o jerárquico en su lugar de trabajo. Es importante para ellos, un trabajo estable y una jubilación que pueda garantizar un retiro tranquilo.

 El cambio que provocaron con respecto a la anterior generación, llamada Generación Silenciosa, contemporáneos a la Gran Depresión y la Segunda Guerra Mundial, contexto que los hizo más precavidos, ahorrativos, sus acciones en general estaban ancladas a no arriesgar e ir a lo seguro siguiendo las reglas y cuidar tener una profesión de por vida, la “generación X” entonces incorpora la proyección profesional como beneficio, valoran les importa el cargo que ocupan y tener un plan de carrera dentro de la compañía en la que trabajan. Por eso un gran motivador para ellos es la mejora salarial y ascensos.

La estabilidad laboral es un valor primordial para ellos, que está sostenido por dos pilares: la familia y el trabajo.

Millennials o generación Y

Para la mayoría de estudiosos, nacieron entre 1981 y 1993, con padres que les transmitieron creencias tradicionales, pero testigos de la consolidación de las nuevas tecnologías. Por eso se los considera una especie de bisagra entre lo analógico y la revolución digital, ya que fueron creciendo y adaptándose a estos cambios a medida que se fueron produciendo.

Cuentan con una buena preparación. Ven en el trabajo no un fín sino una oportunidad de aprendizaje, crecimiento personal y apertura hacia nuevos caminos. Esto genera en ellos una tendencia a la movilidad para autorrealizarse. Buscan su felicidad, los desafíos y horarios flexibles para dedicarse a sus hobbies o para emprender. No les gusta quedarse ni sentirse estancados. Por todo esto su forma de pensar exige en sus ámbitos de trabajo flexibles y con cierta autonomía.

Centennials o generación Z

El último grupo, nacido entre 1993 y 2010, es considerado por varios estudios como un agente importante de cambio en las formas de consumir, relacionarse, trabajar y estudiar en un futuro no muy lejano.

Los nativos digitales no esperan ser empleados. Muchas veces ellos mismos quieren lograr tener sus emprendimientos o empresas; no se plantean trabajar para un solo lugar y es normal para ellos cambiar de trabajo periódicamente. Incluso lo consideran un rasgo positivo, porque les da mayor posibilidad de aprender cosas nuevas y capacidad de adaptación.

La hiperinformación constante hace que estén acostumbrados a la inmediatez y sean más competentes a la hora de resolver situaciones, porque buscarán solos y por su cuenta las respuestas. Son autodidactas y multidispositivo: pueden comenzar una tarea en el celular, continuarla en la notebook y analizarla desde la Tablet sin el mínimo estrés.

Más pragmáticos y resilientes que los millennials, la democratización de la información y la inmediatez en las relaciones ha generado en ellos un compromiso mucho más firme con los problemas sociales, medioambientales, políticos y económicos, valores que buscarán en sus ámbitos laborales.

Liderar para lograr la inserción laboral

Como líder el desafío será poder integrar estas dos nuevas generaciones, pero dándoles la oportunidad de que se desarrollen, que participen, generar un feedback en el cual se sientan escuchados y que forman parte del proyecto o empresa. Aprender a ver el talento de cada uno y saber gestionar las diferencias de millennials y centennials, junto a la generación X, será clave.

Con las dos últimas, sobre todo, para que permanezcan durante más tiempo trabajando en tu equipo, no olvides que su compromiso está ligado a sus motivaciones y la creación. Es imprescindible que aprendas a capitalizar estas cualidades en ellos. Una de las características que comparten  millennials y centennials es el inconformismo, salirse de sus zonas de confort. Si se aburren, renunciarán en un abrir y cerrar de ojos sin pensárselo dos veces.

Seguro contás con millennials y centennials entre las personas con las que trabajas a diario. Como te conté, de generación a generación se producen cambios significativos que es bueno tener en cuenta, sobre todo si estás a cargo de ese equipo de trabajo. Ser conscientes de los cambios de paradigma y aprender a sobrellevar estos cambios tendrá un impacto positivo si logras empatizar con ellos. Y para empatizar lo primordial es comprenderlos, saber que los motiva, por qué hacen lo que hacen.

Proponerte como líder a gestionar estos equipos de trabajo sin dudas será un desafío que también pondrá a prueba tu propia inteligencia emocional y a pensar desde diferentes enfoques que abarquen a todos y cada uno de los miembros de tu equipo, respetando sus motivaciones, talentos y singularidades.

¿Aceptas el reto?

Contame en comentarios si en vos o en tu lugar de trabajo resuena algo de todo lo que venimos hablando. 

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