Cómo desarrollar tu inteligencia emocional y por qué

Hace treinta años aproximadamente se comenzó a mencionar el término de Inteligencia Emocional. Antes solo se hablaba de la inteligencia intelectual y estaba difundida la idea de que una persona era inteligente de acuerdo a su conocimiento. Y esa inteligencia, medible y racional, era respaldada con pilas de títulos académicos, reconocimientos y medallas que lo demostraban.

Actualmente se considera que la Inteligencia Emocional es tan importante como la Inteligencia Intelectual adquirida a través del conocimiento, y se interioriza a través del paso de la vida, con la experiencia desarrollada y aprendiendo a gestionar las emociones nuestras y de los demás.  

Pero…¿qué es una emoción?

Ser inteligente emocionalmente es fundamental ya que no solo implica gestionar el autoconocimiento y liderazgo personal, sino también aprender a cultivar nuestros vínculos.

Ahora, una emoción es una reacción psicofisiológica que representa diferentes modos de adaptación del individuo cuando percibe un objeto, persona, lugar, suceso o recuerdos importantes. Las emociones consideradas “universales”, ya que nos atraviesan a todos como seres humanos amén del tiempo histórico o la cultura a la que pertenezcamos son: tristeza, miedo, rabia, alegría, ternura y erotismo.

La experiencia de una emoción involucra un conjunto de cogniciones, actitudes y creencias sobre el mundo, esas que usamos para valorar situaciones concretas, incluyendo el modo como la percibimos. Cada uno de nosotros experimenta cada emoción de forma particular, dependiendo de experiencias anteriores y aprendizajes.

Por eso es muy importante que las puedas identificar cuando aparecen frente a cualquier estímulo (interno o externo). Y que, sobre todo, distingas tus emociones de los estados de ánimo, que pueden ser pasajeros…e incluso variados a lo largo de un mismo día. ¡No son lo mismo!

De todas formas, es un desafío querer ponerlas en práctica y un acto de valentía incluso animarte a hacer introspección y ser consciente de cada emoción que te atraviesa según las circunstancias.

Te invito a que te animes a hacerlo porque vale la pena. Pero no te olvides que esto es un pro-ce-so.

¿Todos tenemos inteligencia emocional?

El psicólogo Daniel Goleman retomó los estudios de diferentes colegas sobre este tema y  en 1995 popularizó el término de Inteligencia Emocional. Goleman planteó que se trata de la capacidad que tenemos todas las personas para identificar y desarrollar nuestras emociones de manera proactiva. Esto quiere decir que podés aprender a reconocer tus emociones y las de los demás, lo que te ayudará, según Goleman, a tomar mejores decisiones. Por eso este autor la relaciona directamente con el liderazgo y el éxito.

Él definió cinco aspectos de la inteligencia emocional:

Autodescubrimiento

Proceso para crear una imagen realista de nosotros/as mismos/as. Para esto te puede ayudar tener un cuaderno donde escribas a diario un seguimiento de tus emociones y cómo las vas manejando, por ejemplo. 

Automotivación

Refiere a la posición alegre y positiva ante la vida. Y es que a diario enfrentamos situaciones que pueden quebrantar nuestro ánimo. Por eso un consejo puede ser que te tomes unos minutos al día para meditar y no perder la iniciativa. Buscá el entusiasmo por lo que haces dentro tuyo, no en el exterior.

Autorregulación

Se trata de ser capaces de conocer nuestros propios límites y tener la convicción de usar las experiencias propias para derrotar obstáculos, siendo flexible y aceptando la frustración (aunque a veces nos cueste taaaaaaaaaaanto) para poder superarla y aprender.

Empatía

Acá la clave está en que puedas ejercitar tu capacidad para ponerte, como se dice, en los zapatos de los otros. Que puedas visualizar cómo tus acciones pueden afectar al resto. De esta manera, aprenderás a expresarte de forma constructiva, incluso en el momento de realizar alguna crítica.

Relaciones personales

Pero de las buenas. Sería la manera en que creamos y cuidamos nuestros vínculos afectivos. Cómo estableces relaciones sanas con, por ejemplo, tus compañeros de trabajo, lo que generará sin dudas beneficios en tu desarrollo profesional y el de tu entorno. ¿No te parece?

Según el análisis de Goleman entonces podés tener una excelente formación académica e intelectual, una mente incisiva y analítica, mil ideas ingeniosas, pero sin inteligencia emocional difícilmente llegarías a ser un buen líder (algo imprescindible si estás, por ejemplo, liderando un equipo de trabajo o tu propio emprendimiento).

Pero a no desesperar porque, como te dije más arriba, esta capacidad se puede desarrollar y trabajar.

Como saber si desarrollaste tu inteligencia emocional

Por supuesto que esto requiere de práctica, pero hay algunos indicios que te pueden responder si sos hoy una persona con inteligencia emocional.

Por ejemplo, si sos alguien en quien los demás confían cuando necesitan un consejo, ya sea a nivel personal o laboral, si logras ver en las críticas u observaciones de los otros  algo positivo al evaluarlas y aprendes de ellas; si, al ser empático, tenés facilidad para relacionarte con los demás…

Estos ejemplos pueden darte los primeros indicios sobre tu gestión emocional y al trabajarlos pueden ayudarte a experimentar tu Inteligencia Emocional. 

Los procesos de coaching justamente están orientados a la búsqueda de modificar conductas para alcanzar objetivos. Al valerse de la inteligencia emocional como instrumento te puede ayudar a:

  • Reducir el estrés y la ansiedad.
  • Incorporar una actitud que te permita avanzar
  • Tomar decisiones más eficientes y efectivas
  • Fomentar hábitos positivos y eliminar los que te limitan
  • Mejorar relaciones tanto personales como profesionales
  • Transformar tu estado emocional y mental para gestionar mejor cualquier tipo de circunstancia.

Y hablo de gestionar y no de “controlar”

Porque en realidad cuando más intentas controlar las emociones se genera mayor resistencia al reprimir lo que sentimos. Y eso empeora los resultados…Todas las emociones tienen una razón de ser, son necesarias, nos brindan información muy valiosa sobre nuestro entorno y nosotros mismos. Así que ¡no tengas miedo a sentir lo que quieras!

Sí, las emociones y la mente se pueden entrenar para que estén en coherencia con nuestras acciones  ¡a cualquier edad! Es cuestión de reconocerse y darse la oportunidad de cambio.

El entrenamiento siempre continua y el coaching y la pnl ( programación neurolingüística) puede ayudarte a desarrollar tu INTELIGENCIA EMOCIONAL para lograr destrabar esos patrones que te alejan de ser quien deseás.

Si llegaste hasta acá ahora contame ¿te considerás una persona con Inteligencia Emocional?

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